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El Castillo de San Jorge

Se llega al Castillo de San Jorge subiendo por el largo Chao de Feira. El castelo de Sao Jorge, construido en la colina más alta de Lisboa, es la primera fortaleza conocidad, pues data de 138 a.C. Domina el viejo barrio de Alfama, con un centinela de muros almenados, rodeado de un bello cinturón de árboles y apacibles jardines.

Fenicios, romanos y árables lo ocuparon a lo largo de los siglos. Se conservan también vestigios de la época visigótica en las partes más antiguas, así como elementos árabes. Tras la reconquista de Lisboa por los cruzados y la expulsión de los árabes en 1147, los reyes cristianos lo rebautizaron con el nombre de San Jorge, mártir y guerrero de Capadocia, venerado por los cruzados.

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El parque Eduardo VII, el pulmón verde de Lisboa

El mayor parque de Lisboa recibió el nombre del rey Eduardo VII de Inglaterra, que visitó la ciudad en el año 1902 para confirmar la alianza anglo-portuguesa. La colina cubierta de césped se extiende a lo largo de 25 hectáreas y fue concebida a finales del siglo XIX como Parque de la Liberdade a continuación de la Avenida da Liberdade. Se abrió al público a principios del siglo XX.

Hay senderos con mosaicos flanqueado por setos de boj, que suben desde la Praça Marques de Pombal hasta el mirador de la cima. En este lugar se halla ubicado un florido jardín dedicado a Amália Rodrígues (reina portugresa del fado) y un agradable café.

Además, desde el mirador del parque Eduardo VII se goza de un maravillosa vista de la ciudad hasta las colinas del otro lado del río Tajo. Incluso en días claros se puede contemplar hasta la Sierra de Arrábida.

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Praça do Comercio, un icono lisboeta

La Praça do Comercio (Plaza de Comercio) es uno de los lugares más bonitos y concurridos de Lisboa. Más conodido por los lisboetas como Terreiro do Paçao (plaza de Palacio) este enorme espacio abierto acogió durante 400 años el palacio real.

En 1511, Manuel I transfirió su residencia del Castelo de Sao Jorge a este punto junto al río. El terrible terremoto de 1755 destruyó tanto el palacio como la biblioteca, de más de 70.000 volumenes.

Cuando se reconstruyó la ciudad, la plaza se convirtió en la pieza emblemática del proyecto pombalino, ocupando el nuevo palacio amplios edificios porticados que se extendían alrededor de la plaza por tres de sus costados.

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El Museo de las Carrozas

El Museo de las Carrozas (Museu dos Coches) es uno de los museos más destacados de Lisboa. Se encuentra en la praça Afonso de Albuquerque, la plaza situada junto antes de llegar al Monasterio de los Jerónimos. Abre todos los días desde las 10.00 a las 18.00 horas. Cierra los lunes y los martes por la mañana. Los menores de 25 años, profesores y jubilados pagan la mitad; además, la visita es gratuita los domingos hasta las 14.00 horas y con la Lisboa Card.

El museo ocupa el espacio del antiguo picadero del palacio de Belém y expone varias decenas de carrozas reales, coches y berlinas correspondientes a los siglos XVI-XIX, la mayor parte de ellas pintadas y decoradas con toda suntuosidad. Seguir leyendo

Una ruta a lo largo del Tajo por Lisboa

Torre de Belem

En su puerto está el origen de Lisboa. Hacia el oeste, la ciudad se extiende hacia el mar, a lo largo del estuario del río Tajo. Embarcaderos, almacenes y barcos anclados se suceden hasta Belem, donde se hallan algunos de los má bellos monumentos de la ciudad, construidos como homenaje a los descubridores.

1º. Terreiro do Paço

La ciudad se asoma al Tajo en la gran plaza de Terreiro. Aquí comienza el puerto de Lisboa: 24 kilómetros de almacenes, muelles y museos.

2º. Cais do Sodré

Del muelle del Sodré parten los trenes hacia la costa de Estorial y los transbordadores de  Cacilhas, la zona portuaria de Almada. Aquí se encuentra la Ribeira, el muelle donde descargan los barcos de pesca y al otro lado de la carretera el Mercado donde se puede comprar frutas, verduras y pescado fresco.

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Un paseo por Lisboa

Plaza Rossio

El Chilado y el Barrio Alto enlazan con la moderna zona comercial de Amoreiras. Un paseo, entre nostálgicos cafés, plazuelas, anticuarios y tiendas, merece la pena si uno viaje a Lisboa.

1º. El Rossio

Es una plaza histórica donde se celebraban corridas de toros y autos de fe. Hoy en día, es una de las plazas animadas de la ciudad. La gente queda allí para ir de compras, tomar cafe o coger alguno de los trenes que parten en al estación del Rossio. De esta plaza arranca la avenida de la Libertad, de estilo similar a los Campos Elíseos.

Plaza Rossio en Lisboa

Plaza Rossio

2º. Calle Trindade

Desde el Carmo se llega a la tranquila plaza de Camoes, por la Rua Trindade, en la que se puede contemplar una de las más bellas fachadas de azulejos de Lisboa. En la Rua Misericordia siguen abiertos los «affaquistas», viejos paraísos de los bibliófilos.

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La antigua Lisboa

Vista de Lisboa

El Castillo de San Jorge domina la ciudad medieval, alzándose sobre las estrechas y empinadas callejuelas de Alfama. A sus pies, el trazado rectilíneo de la Baixa, el viejo corazón  urbano lleno de comercios, bancos, lujosas joyerías y nostálgicos cafés.

Vista de Lisboa

1º. Plaça do Comércio

El Terreiro do Paçao o Plaza del Comercio, presidida por la estatua de bronce de José I y flanqueada por espectaculares arcadas de mármol, es una de las plazas más bellas del mundo. Rodeado por edificios neoclásicos porticados, desciende hasta el Tajo por una escalear entre columnas, de estilo veneciano.

2º. Subiendo a Alfama

Los planos casi resultan inútiles para orientarse en el viejo barrio árabe de Alfama. Es un paisaje urbano de aspecto medieval y calles laberínticas que serpentean hacia una de las siete colonias de la ciudad .

Hay que perderse por sus calles en cuesta y aprovechar los miradores y rellanos que permiten hacer un alto y contemplar la ciudad y el río. El recorrido puede comenzar en la Iglesia de la Concepcion Vieja y hacer una primer alto en la catedral.  Por la Rua do Limoeiro se llega al Mirador de Santa Lucía, donde se disfruta de una bella vista de la ciudad.

3º. El Castillo de San Jorge

Siguiendo hacia arriba, se llega a Portas do Sol, una explanada rodeada de elegantes casas. Y en lo alto, el Castillo, antigua fortaleza árabe que domina la ciudad y el río.

4º. Bajando hacia el río

Desde Alfama sólo hay que dejarse conduci por la pendiente para llegar al Terreiro do Trigo. Se puede bajar, por ejemplo, por el evocador Beco da Cardosa, un callejón del que parten otros más pequeños y sin salida.

5º. Por la Baixa Pombalina

A los pies de la Alfama, aparece el trazado rectangular de la Baixa, el barrio planificado por el Marqués de Pombal para reconstruir Lisboa tras el terremoto de 1755. Lo mejor es pasear sin prisas por la calle peatonal Augusta o por la Rua do Puro, la más animada.

6º. Largo de Santo Domingo

La Baixa finaliza en la popular plaza de Dom Pedro IV que todo el mundo conoce como el Rossio. Aquí sorprende la curiosa fachada neomanuelina de la Estación subterránea de Rossio. Se puede concluir este paseo por la vieja Lisboa con una mirada a las ruinas de la iglesia de Santo Domingo y al Palacio de la Independencia.