La huella romana en Lisboa

Olissipo, la Lisboa romana, se convirtió  pronto en un centro neurálgico comercial y político, llegando sus habitantes a adquirir el estatus de ciudadanos romanos antes incluso de la total pacificación de Lusitania. Así,  los romanos dejaron sus conocidos trabajos de ingeniería civil y pública.

En primer lugar, las galerías subterráneas descubiertas bajo el subsuelo de la Baixa lisboeta datan del siglo I, y componen un  enredo de galerías abovedadas, hechas de piedra y construidas en el piso inferior de un edificio público cercano al área portuaria. Fueron descubiertas tras el terremoto de 1755, cuando el Marqués de Pombal  se planteó modificar toda la parte de la Baixa para evitar otro desastre como el tsunami que siguió a ese temblor y que provocó la muerte de más de  10.000 personas.

Núcleo Arqueológico de la Rua dos Correeiros.Las galerías romanas con el fin de salvar  el gran desnivel existente entre la zona portuaria y el Castillo de São Jorge. Hoy en día, solo está abierta al público una cuarta parte de las galerías, y, a causa del trabajo de recuperación y a la existencia de cloacas, solo e se puede visitar estas galerías tres días al año. El número de solicitantes para la visita es impresionante; el que desee intentarlo no se librará de unos buenos madrugones y horas y horas en una cola que llega a extenderse tres manzanas más allá.

Romanos en Lisboa

Otro hito de la presencia romana en el área urbana lisboeta es el Núcleo Arqueológico de la Rua dos Correeiros. La ciudad de Olissipo logró un desarrollado comercio y una lucrativa industria del pescado. Exportaban una buena cantidad de conservas y aceite hasta la misma Roma, y las 31 cetarias o viveros encontrados en la Rua dos Correeiros lo prueban.  Todavía  se conservan los mosaicos que cubrían una buena parte del suelo de la vivienda. Todo el complejo se puede visitar.

Caminando hacia Alfama y Graça se llega a  otra de las joyas romanas de la capital lusa. El Teatro Romano fue erigido en la primera mitad del siglo I antes de Cristo, y podía albergar  hasta 5.000 espectadores. Actualmente un tercio del teatro ha sido abierto al público y se ha inaugurado un museo para exhibir  el rico acervo encontrado a lo largo de todos estos años. El  teatro dejó de funcionar en el siglo IV, coincidiendo con el declive del Imperio Romano.

Finalmente, en la Catedral de Lisboa se halla lo que  fue el centro de la vida en Olissipo. En 1990 unas excavaciones arqueológicas en el claustro descubrieron lo que se cree formaban un fórum, varios bazares, espacios habitacionales y una calzada embaldosada que llevaba desde el puerto hasta el teatro romano.

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