Cuando se organiza un viaje a la capital de Portugal conviene tener en cuenta una serie de consejo para que la estancia en Lisboa sea más comoda y placentera en todo momento.
1º. Paciencia, eduación y amabilidad:
Los portugueses suelen ser personas tranquilas y amables. Además, les agrada mucho la formalidad y la educación de sus interlocutores. Por ello, conviene usar en todo momento “por favor” o “muchas gracias”. Parece extraño tener que decir esto, pero muchos turistas olvidando las mínimas formas de educación. Con ello, se obtendrá una relación más fluida con los lisboetas.
2º. Las zonas peligrosas:
Se debe tener cuidado con las zonas solitarias, especialmente de noche, Alfama y Barrio Alto. Se tiene que evitar caminar solo por zonas solitarias y poco ilumindadas de estos barrios. Además, los barrios de Martim Moniz, Intendente y la parte de la colina del Castelo de Sao Jorge más cercana a ellos son marginales y se recomienda evitarlos de noche.
3º. Comer en la capital lusa:
La comida lisboeta es abundante, barata y de buena calidad. Se peden encontrar bares y restaurantes por toda la ciudad. Os recomiendo cenar al “Bairro Alto”, probar los pasteles de Belem y la bebida típica de la zona “ginjinha”.
4º. El calzado:
Se tiene que llevar calzado cómodo para caminar por las calles lisboeta. Si se desea pasear por algunas zonas del centro histórico se tendrán que subir bastantes cuestas, por lo que lo mejor es ir cómodo. Usar tacones es un grave error. El adoquinado de Lisboa está hecho, como es tradición en Portugal, con piedras pequeñas, que son perfectas para caer al meter el tacón en los huecos entre piedra y piedra.
5º. Coger un taxi:
Los taxistas lisboetas son gente muy peculiar. Hay que estar preparados pues puede pasar cualquier cosa cuando se toma un taxi . Por cierto, para quien quiera coger un taxi desde el aeropuerto, se le recomienda que vaya a la terminal de salidas y lo coja allí. La carrera le será más barata.
Foto vía Publico.pt