En Lisboa, existen numerosas plazas bellas y dignas de verse. No siempre da tiempo a visitar todas ellas. Así, os recomiendo no olvidar estas dos plazas: la Praca dos Restauradores y la Praca da Figueira. Os gustarán.
1º. Praca dos Restauradores:
La estación de Metro más cercana es Restauradores. También se puede llegar por varias líneas de autobuses como los números 36, 702, 709 y 746. Esta plaza lisboeta se distingue por su alto y espléndido obelisco erigido en el año 1886 que conmemorar la indepedencia de Portugal frente a España en el año 1640.
En este obelisco, las figuras de bronce representan la Victoria y la Libertad. Los nombres y fechas a los lados del obelisco rememorarn las batallas de la guerra de la Restauración.
Del lado oeste de la plaza, el Palacio Foz, diseñado por Francesco Savario Fabri entre 1755 y 1777 para el marqués de Castelo-Melhor, alberga la oficina de turismo de Lisboa. El palacio fue rebautizado en honor del marqués de Foz quien lo habitó durante varios años en el siglo XIX.
El elegante hotel Avenida Palace se levanta en el extremo suroeste de la plaza. Este edificio fue diseñado por José Luis Monteiro (1849-1942), quien también construyó la estación ferroviaria del Rossio.
2º. Praca da Figueira:
La estación de Metro más próxima es Rossio. También se puede llegar por autobús en las líneas 60, 714 y 759. Antes del terremoto de 1755 la plaza junto al Rossio era donde se levantaba el Hospital de Todos-os-Santos.
En el nuevo proyecto de Pombal para el barrio de La Baixa, la plaza pasó a convertirse en el mercado central de la ciudad. En 1885 se construyo un mercado cubierto, pero se volvió a tirar en la década de 1950. Hoy en día, los edificios de cuatro plantas albergan hoteles, comercios y cafés, y la plaza no acoge mercado alguno.
Tal vez la característica más visible del lugar sea la multitud de palomas posadas sobre el pedestal de la estatua ecuestre de bronce con la efigie de Joao I, erigida en 1971 por Leopoldo de Almeida.
Foto vía Lisbona.at