La calçada portuguesa, un icono lisboeta

El empedrado portugués (Calçada portuguesa en portugués) es un tipo particular de revestimiento de suelo usado especialmente en la pavimentación de aceras y espacios públicos en general. Este tipo de unidad se usa bastante en los  países de habla portuguesa.  Este adoquinado surgió a mediados de siglo XIX. Se utiliza mucho en la pavimentación de zonas peatonales, parques, plazas, patios, etc.

Además, es a la vez la marca de la casa y la imagen de Lisboa. Todo aquel que viaja a Lisboa conoce la  calçada, esa «maldita» acera que resulta tan característica; nada apta para andar mucho rato con tacones altos.

Por más que cueste creerlo, esta sagrada y pavimentada acera tiene buenas intenciones. Os daréis cuenta de que está lloviendo porque la habréis encontrado resbalizada y porque su liso pavimento os habrá hecho tambalear más de una vez. Descubriréis que el clima es seco, porque oes habréis tropezado y habréis maldecido la irregularidad del revestimiento.

Bajo el sol del verano, habréis echado pestes contra el brillo deslumbrante de la caliza. En todo los casos, os habréis mostrado poco considerados con los millares de bloques de piedra pacientemente colocados allí para vuestra incomodidad.

Esta tradición portuguesa se remonta al siglo XIX. Con una gran variedad de revestimientos, esta forma de pavimento se mantiene todavía en neustros dáis, contra toda las reglas de la rentabilidad económica. Incómoda, iregular, frágil y resbalizada, la calçada  portuguesa permite una riqueza creadora sin igual.

Su colocación, confiada en un principio a presidiarios condenados a trabajos forzosos, exige a los trabajadores grandes esfuerzos y fatigas. Paseando la mirada por sus bloques de caliza blanca, de una gran variación de formas, o por los cubos de caliza negra, combinados con una gran habilidad, se puede descubrir, aquí o allá, el alma creadora o el genio malicioso que deslizó subrepticiamente algún motivo incongruente.

Por último,  en 1986 se erigió una escuela para pavimentadores por el Ayuntamiento de Lisboa, situada  en Quinta del Conde dos Arcos. Asimismo, en diciembre de 2006 ,  fue inaugurado un monumento al calceteiro, que se encuentra en la Rua da Vitória.

Foto vía Portal da Cidadania