El Aqueducto das Aguas Livres

El Aqueducto das Aguas Livres es uno de los monumentos más bellos de Lisboa y desde el año 2002 es un Monumento Nacional. Está impresionante estructura atraviesa el valle de Alcántara, al noroeste de la ciudad. La mejor vista se obtiene desde Calcada da Quintinha.

La necesidad de construir un nuevo acueducto  en Lisboa dio a Joao V el pretexto ideal para entregarse a su pasión por los proyectos faraónicos, ya que la única zona con agua potable era el barrio de Alfama.

Este ambicioso proyecto se financió con un impuesto especial sobre la carne, el vino, el aceite de oliva y otros productos alimenticios y, aunque no se completó hasta el siglo XIX, en 1748 ya abastecía de agua a la capital portuguesa.

El canal principal mide 19 kilómetros, pero su extensión total, incluidos los conductos secundarios, es de 58 kilómetros. La parte más visible de esta imponente estructura son los 14 arcos que atraviesan el valle de Alcántara; el más alto de ellos se eleva 65 metros por encima del suelo.

La vía peatonal que recorre el acueducto (antaño un agradable paseo) se clausuró en el año 1853 para impedir que el bandido Diogo Alves siguiera arrojandoa a sus víctimas desde el puente.

Hoy en día se pueden efectuar visitas guiadas a los arcos de Alcántara. También se ofrecen excursiones al pantano y los manantiales de Mae d’Agua, que abastacen la ciudad lusa. Se recomienda contactar previamente con el Museu da Agua para obtener información al respecto.

Al final del  Aqueducto das Aguas Livres se alza el Mae d’Agua das Amoreiras, una estructura en forma de castillo que antes servía de cisterna. El diseño orginal de 1745 se debe al arquitecto húngaro Carlos Mardel, que trabajó para Pombal en la reconstrucción de la Baixa.

Al concluir la obra en el año 1834, se convirtió en popular lugar de encuentro, incluso de los reyes y sus amantes. Hoy en día, alberga exposiciones y otros eventos.

Foto vía Absolut Portugal