Pastel de Belém, un sabroso dulce lisboeta

El postre más típico y conocdidode Lisboa es el Pastel de  Belém, hecho en la fábrica más antigua de la capital lisboeta, que se halla  en la freguesía de Santa María de Belém que pertenecer al concejo de Lisboa.  Belém fue un municipio autónomo entre 1852 y 1885, cuando finalmente fue  incorporado a la capital de Portugal.

Los pasteles de Belém son una de los dulces más característicos de la cocina portuguesa. Se trata de unas sabrosas tortitas de crema, de unos 8-10  centímetros de diámetro, hecas  según una receta secreta que no ha sido revelada jamás por nadie. Se cuenta que solo tres personas saben la fórmula. Pero tampoco se conoce quienes son estos afortunados.

Tanto la pasta como la crema empianza a elaborarse a puerta cerrada, en la denominada «oficina del secreto», a lo largo de 48 horas. La pasta es de hojaldre en tanto que la crema presenta  una base fundamental de yema de huevo, azúcar y leche. Se pueden comer en frío o en caliente, a gusto de cada consumidor.

Pastel de Belem

Cuenta la leyenda que  cada 31 de Diciembre, las mujeres que se llamen Rebeca, obtendrán una caja de pasteles de manera gratuita. A cambio, ellas deberán entrar gritando en la prestigiosa pasteleria. «Yo soy Rebeca Jimenez! Hija de Pedro y Concha…y mujer de Salvador, quiero la caja para mi degustación! Una singular forma de hacerse con una caja gratis de estos ricos dulces.

Desde el año 1837, viene funcionando la pastelería Casa Pastéis de Belém. Allí se vendne y se consumen estos pasteles  que se suelen acompañar de  azúcar y canela en polvo espolvoreados para que tomen más gusto. Se calcula que esta pastelería hace alrededor de unas 20.000 tortitas, con picos de 50.000 en la temporada alta.

Como nota curiosa hay que decir que los pasteles de Belém resultan bastante populares en un país tan lejano como China. Allí llegó su fama en la época en la Macao era una colonia de Portugal.

En definitiva, si uno viaja a Lisboa debe comprar y/o probar estos pasteles. Los muy golosos disfrutarán como nunca e incluso los menos golosos agradecerán algo tan sabroso.