Inspirado en la curiosa historia de un peregrino gallego que iba a Santiago de Compostela, el famoso «Gallo de Barcelos» es actualmente uno de los principales símbolos de Portugal e imagen de marca que está presente en todas las tiendas de regalos de la capital como el resto del país europeo.
La leyenda del Gallo de Barcelos narra la historia de un peregrino gallego que partió la ciudad Portuguesa de Barcelos camino de Santiago de Compostela, y que fue acusado de haber robado dinero a un terrateniente, y tras el juicio fue condenado a morir ahorcado. Como última voluntad, pidió ver al juez, que se estaba comiendo un pollo (un gallo) asado. El peregrino le comentó que, como prueba de su inocencia, el gallo se levantaría en ese momento y se pondría a cantar. El juez no hizo caso a estas palabras.