Si bien Lisboa no tiene una playa propiamente dicha, se asoma al río Tajo desde la plaza del Comercio y este gigantesco estuario abraza el oceáno Atlántico allende la ciudad, más allá del Fuerte de São Julião.
Así, la capital de Portugal cuenta con varias playas cercanas a su centro urbano. Encima, a la mayoría de ellas se puede acceder por transporte público por un módico precio y en breves minutos.
En dirección a la localidad de Cascais hay varias playas idóneas para bañarse y tomar el sol. Se trata de playas pequeñas que van desde Oeiras hasta a Carcavelos, prosiguiendo por Parede, Sao Pedro, Estoril y concluyendo el recorrido en Cascais que cuenta con unas playas más protegidas del viento y un sinfín de terrazas para disfrutar del aperitivo o de una velada.