Lisboa es cada vez un destino más apropiado para visitar durante todo el año, así que lo mejor es reservar con antelación (sobre todo en julio y agosto), teniendo en cuenta que los precios pueden subir considerablemente durante la temporada alta. Hay alojamientos para todos los gustos y de todos los precios.
Para estar en el centro de la acción lo mejor es alojarse en la Baixa, Chiado o Alfama, aunque las habitaciones que dan a la calle pueden ser muy ruidosas. Hay opciones más tranquilas y también céntricas detrás del Castelo. Para alternativas más tranquilas se puede echar un vistazo en los hoteles que hay en la Avenida de Liberdade y alrededores o bien decantarse por el barrio de Lapa.
Los hoteles están clasificados de una a cinco estrellas y la comodidad, las instalaciones y el servicio se refleja en el precio y en la clase. Por otro lado, pensoes y residenciais son una buena elección económica. La prnicipal distinción es que las residenciais no suelen servir comidas aparte del desayuno. Una pensoe de tres estrella es com un hotel de una estrella.
En cuanto a los precios, cambian bastante según la temporada; pueden llegar a variar hasta un 40%. Conviene acordar el precio antes de hacer la reserva y solicitar una confirmación por escrito si se reserva con antelación.
Los hoteles suelen dar la tarifa más cara. No está de más preguntar si hay habitaciones más económicas. También los hoteles pueden añadir una cama extra en la habitación a cambio de un pequeño suplemento.
Si se decanta por una pensoe, hay que recordar que suele haber varios tramos de escaleras y que no acostumbra a haber ascensor. Conviene ver la habitación antes de alojarse.
Por último, lo normal es dejar la habitación libre al mediodía, pero algunos hoteles permiten dejar el equipaje hasta el final del día.
Foto vía Las Escapadas