La vida nocturna en Lisboa

lux lisboa

Con su actitud hedonista, titilantes horizontes dignos de San Francisco y enormes clubes que pisan los talones de Berlín, Lisboa supone una etapa imprescindible en el circuito noctámbulo de Europa.

El Bairro Alto es como el cuento de la Cenicienta al revés, con animados bares después de la medianoche, mientras que los edificios portuarios se han reencarnado en trepidantes clubes.

Alrededor de Príncipe Real están los locales de ambiente, en Alfama reina el fado entre las románticas farolas, y en el Cais do Sodré se encuentran los conciertos más ruidosos y multitudinarios.

El Bairro Alto es hiperactivo y completamente desmadrado. El tequila corre a mares, guapísimas veinteañeras se mueven el ritmo del R & B, y todo el mundo ocupa la calle con vasos de plástico de Sagres y sonrisas etílicas.

Muchos curan la ressaca con caipirinhas en Portas Largas. Colina abajo, Santa Catarina está más en la onda con el antro indie Bicaense, mientras que Music Box vibra con disc jockeys y grupos emergentes.

Hacia las 3.00 horas, la gente empieza a bajar hacia el río Tajo. El local más de moda es el ultramoderno Lux de John Malkovich, donde DJ de primera pinchan house y electro hasta que los primeros rayos de sol se reflejan en el Tajo.

Los pesos pesados de Doca de Alcantara son el club Kapital con música garage, y el oriental Kremlin para deep house. Ir bien vestido y, preferiblemente, en grupo siemper ayuda a la hora de superar a los porteros.

Si te apetece algo más tranquilo en la noche lisboeta hay varias opciones.  Se puede ir al elegante Cinco Lounge con fantásticos cócteles, Solar do Vinho do Porto, con oportos añejos y el Parvilhao Chines, una cueva de Aladino al estilo kitsch. Al atardecer, las mejores vistas de Lisboa se divisan desde la terraza del Noobai Café.

Foto vía Sobre Turismo