Lisboa no es comparable con Londres, París o Nueva York en lo referente a compras, pero su oferta no se limita a las tiendas tradicionales y especializadas. Además, los precio de ciertos artículos, sobre todo en piel y calzado, son los más bajos de Europa. La ciudad es ideal para mirar escaparates, pero si desea dedicar parte de su tiempo solo a las compras visite uno de sus modernos centro comerciales.
Las principales áreas comerciales están bien definidas. La zona clave ha sido siempre Baixa, cuyo entramado de calles, al contrario lo que ocurre en muchas ciudad modernas, todavía retiene una estupenda oferta de tiendas tradicionales y de ropa de diseño.
Detrás de sus miniscúlas escaparates, muchos de ellos con fachadas art nouveau, se encuentran desde marcas como Louis Vuitton y La Perla hasta tiendas de ultramarinos con quesos, vinos de Oporto y otras exquisiteces portugueses.
Por otro lado, las empinadas y estrechas calles del Bairro Alto acogen tiendas más sofisticadas y bohemias de mobiliario moderno, moda y objetos curiosos. Lo mismo se puede decir de Chiado, aunque aquí los precios son más altos y los comercios, más exclusivos. Los grandes nombres se arremolinan en torno a la Avenida da Liberbade, con precios al límite de lo que puede resistir un bolsillo medio.
En cuanto a los centros comerciales, la mayoría se encuentra en la periferia de la ciudad, pero eso no disuada a los lisboetas, que acuden en masa a Amoreiras, Colombo y Centro Comercial Vasco de Gama. En el otro extremo, Lisboa cuenta con muchos mercadillos callejeros, la mayor parte de los cuales merece visitarse por su ambiente, más que los gangas.
Si las mejores compras de Lisboa suelen ser el calzado y los artículos de piel, lo mismo puede decirse de la gastronomía y los vinos, sobre todo el oporto vintage, que se encuentran en los supermercados a buen precio.
También los azulejos y la cerámica constituyen buenas compras, y serán un buen recuerdo para llevarse a casa, así como la artesanía en madera y los tejidos, especialmente el lino, material que suele emplearse tradicionalmente para la fabricación de ropa de hogar.
Foto vía El Pais