A la hora de viajar a Lisboa conviene tener en cuenta una serie de aspectos. Se trata de estar preparado ante cualquier peligro y contratiempo que pueda surgir durante nuestra estancia en la capital lusa.
1º. Robos:
En caso de robo hay que ir directamente a la oficina de policía (Guarda Nacional Republicana) y denunciar el robo o la pérdida de documentación. Allí os entregarán el documento oficial que os servirá para el seguro, entre otras cosas.
2º. Coches:
Si vais conduciendo vuestro propio coche en Lisboa os sorprendera la peculiar forma de conducir, cuando menos deportiva, de los conductores del país. Se suelen ver adelantimentos temerarios, velocidad de conducción superior a la autorizada y ningún respeto por las señalizaciones. Los radares y los controles funcionan igual que en otros países
3º. Los vigilantes de coches:
Se trata de una estafa que consiste en sacaros unos euros con el fin de evitar que les suceda algo a vuestro coche. Y cuanto mejor sea el coche, más dinero os pedirán. La inmensa mayoría son personas sin hogar que se ganan así algún dinero.
4º. Los libros de reclamaciones:
Desde el año 2006, el libro de reclamaciones es obligatorio en todos los establecimientos que ofrecen bienes o servicios al público. Está a vuestra disposición no sólo en cafés y restaurantes, sino también en todos los comercios, establecimientos turísticos, lugares de espectáculos o aparcamientos vigilados. No dudéis en ejercer vuestros derechos si os habéis sentido engañados o estafados.
5º. Las cuentas de los restaurantes:
Podéis encontraros con un pequeño inconveniente en los restaurantes que puede aumentar los gastos: las cuentas de restaurantes «hinchadas» a causa de los entrantes (pan, mantequilla, queso, jamón, cortezas) que os ponen en la mesa sin que los pidáis.
Raramente figuran en la carta (por lo tanto, no aparece el precio) o están mal indicados. Si no tenéis cuidado a la hora de pagar os espera el sablazo correspondiente. Sólo existe una solución: rechazarlos desd el principio, a no ser que os estéis muriendo de hambre.
Foto vía Life Cooler