El barrio de Baixa se encuentra al sur de Rossio. Se trata de un curioso barrio trazado regular con calles cortadas en ángulo recto y flanqueadas por edificios de arquitectura uniforme. Baixa aspira seriamente a ser incluido en la lista de lugares de Patrimonio Mundial de la Unesco, aunque el proyecto corre el peligro de quedarse en aguas de borrajas si nadie se moviliza para apoyarlo.
El nuevo ayuntamiento ha emprendido un riguroso plan para paliar los excesos de las administraciones anteriores, que dejaron las arcas casi vacías. Todos los grandes proyectos arquitectónicos están más o menos abandonados, salvo el futuro Museo del Diseño, que debería encontrar acomodo en la zona baja de Baixa, en locales bastantes amplios, propiedad de un banco.
Es ahí donde seguramente podrán contemplarse las obras que se pudieron admirar hace algunos años en Belém (desde entonces, es la colección Berardo la que ocupa esos lugares: un museo del diseño desalojando al otro).
Los efectos del terremoto de 1755 fueron especialmente devastadores. El maremoto posterior, al inundar este embudo natural, alteró todo el mapa de la capital lusa. En cambio, las casas sobre las colinas (especialmente en Alfama) se salvaron, con algunas excepciones. Adelantándos a su época, el marqués de Pombal hizo recontruir el barrio de Baixa con medidas y materiales antisísmiscos, llevando a cabao un plan urbanístico en damero.
Encontramos en el plano del conjunto del barrio una influencia de la francmasonería. La cifra tres, tan valorada por los francmasones, ya que es el símbolo de la perfección de la razón, ha dejado su huella en las tres grandes que van desde la praça do Comércio hacia Rossio. Además, de este a oeste, el barrio de la Baixa está cortado por nueve calles paralelas, otro signo masónico.
Cada calle de este barrio lleva el nombre de uno de los gremios que trabajaban en Lisboa o de distintos metales preciosos: rua dos Correeiros («de los guarnicioneros»), Aureea (o d’Ouro, «Oro»), da Prta («plata»),dos Sapateiros («de los Zapateros»), etc.
En resumen, hay que pasearse y palpar el ambiente de este barrio tan céntrico como animado de Lisboa.
Foto vía Turismo en Portugal