La Praça do Comercio (Plaza de Comercio) es uno de los lugares más bonitos y concurridos de Lisboa. Más conodido por los lisboetas como Terreiro do Paçao (plaza de Palacio) este enorme espacio abierto acogió durante 400 años el palacio real.
En 1511, Manuel I transfirió su residencia del Castelo de Sao Jorge a este punto junto al río. El terrible terremoto de 1755 destruyó tanto el palacio como la biblioteca, de más de 70.000 volumenes.
Cuando se reconstruyó la ciudad, la plaza se convirtió en la pieza emblemática del proyecto pombalino, ocupando el nuevo palacio amplios edificios porticados que se extendían alrededor de la plaza por tres de sus costados.
Tras la revolución de 1910, la construcción pasó a acoger oficinas gubernamentales y se pintaron con el color rosa de los republicanos, pero más tarde recuperaron el color amarillo monárquico.
El lado sur, con dos bellas torres cuadradas, se abre a la amplia desembocadura del río Tajo. Está siempre ha sido la más bella entrada a Lisboda. Todavía hoy nos podemos hacer una idea de la impresionante llegada tomando el transbordador de Cacilhas, si bien el espectáculo ha sido estropeado en parte por la congestionada Avenida Infante Don Henrique, que bordea la costa.
En el centro de la Praça do Comercio se alza la estatua ecuestre del rey José I, erigida en 1775 por Machado de Castro, el mejor escultor portugués del siglo XVIII. El caballo de bronce, que aplasta unas serpientes con las patas, dio a la plaza un tercer nombre: plaza del Caballo Negro, aunque con los años el equino ha ido adquiriendo una pátina verde.
Por otro lado, el impresionante arco del Triunfo del flanco norte conduce hacia la Rua Augusta y es la puerta de entrada a la Baixa. Además, en el noroeste de la plaza está el Lisboa Welcome Cnetrer, inaugurado en enero de 2001. Cuenta con una oficina de turismo, galería, restaurantes y tiendas.
Finalmente, en la esquina noreste de la plaza se halla el café más antiguo de Lisboa, el Martinho da Arcada, antiguamente frecuentado por los intelectuales de la ciudad.
Foto vía Diario del Viajero
[…] el símbolo de la perfección de la razón, ha dejado su huella en las tres grandes que van desde la praça do Comércio hacia Rossio. Además, de este a oeste, el barrio de la Baixa está cortado por nueve calles […]
[…] Los barrios varían considerablemente de altura según la zona, en especial en el casco antiguo, proporcionando espléndidas vista sobre el río Tajo. Se puede decir que el vestíbulo de la ciudad lo constituyen unas escaleras de mármol que salen del río para desembocar en el Cais das Colunas o praca do Comercio. […]