Lisboa verde

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La capital de Portugal es más verde de lo que podría parece en un primer momento. Por supuesto, sus parques no contienen grandes lagos y extensiones de césped, pero, en cambio, tiene oasis con palmeras, pracas con fuentes cantarinas, verdes miradouros (miradores) y jardines botánicos desbordantes de follaje tropical.

Por doquier en Lisboa se intuye la herencia de las antiguas colonias portuguesas (ubicadas tanto en América como en Africa y Asia), en las ubicuas palmeras, ficus y jacarandas violetas.

Cuando las temperatuaras se disparan en la capital de Portugal  recomiendo una visita al británico y bello Parque Eduardo VII, con sus setos pulcramente recortados y vistas panorámicos de la ciudad.

Además, entre otros parques atractivos están el Jardim da Estrela el cual se encuentra salpicado de sauces, castaños y estanques. Junto al río Tajo, el precioso Parque das Nacoes contiene el Jardim Garcia de Orta donde sobresalen las especies exóticas como las celbas brasileñas o los grados de Madiera; también en este parque sobresale el fresco Caminho da Agua.

Por otro lado, mucas plazas de la capital lusa sorprenden al turista con su verdor, como es el caso de la Praca do Príncipe Real que se alza a la sombra de los cedros o la lozana Praca da Alegría, un lugar idílico.

Otras joyas botánicos de la bella Lisboa son el Jardim do Ultramar del barrio de Bélem donde llaman la atención sus bambús y datileras; los helechos, cactus en Las Estufas (invernaderos); o el abuelo de los jardines de la capital portuguesa, el Jardim Botánico da Ajuda, erigido en el siglo XVIII y en el que destacan sus parterres simétricos y sus invernaderos repletos de preciosas orquídeas.

Por último,  la cercana ciudad de Sintra destaca por su clásica belleza silvestre, con extensos pinares y bosques salpicados de rocas.

Foto vía BestCulturalTours