En la Baixa, como en el restos de la ciudad, encontraréis numerosas pastelerías de aspecto bastante impersonal que indican en sus escaparates amplios surtidos de repostería dulce. Por otro lado, tampoco faltan los salones para conversar, tomarse un tentempié y un té.
1º. Confeitaria Nacional (Praca da Figueira, 18-C):
Muy conocida, es una de las centenarias. Una linda bombonería lacada en crema con un ambiente íntimo propio de un salón de té austríaco. Ideal para sentarse a conversar con las amistades sin distingos de generaciones. Obligado probar las torradas, unas gruesas tostadas de pan, que se sirven, de preferencia a las 16.00 hroas, tostadas y untadas con mantequilla salada, con chocolate caliente o té.
2º. Antiga Confeitaria de Belém (Rua de Belém, 84):
Abre todos lo días hasta las 23.00 horas. Famosa desde 1837 por su especialidad: los pasteis da nata o pasteis de Belém, un mini-flan rodeado de pasta con hojaldre espolvoreado con canela y azúcar glasé. Los domingos y los festivos se forma una cola en esta tienda y se despachan cerca de 30.000 piezas de estas pastas deliciosas los día de afluencia.
3º. Doce Real (Rua Dom Pedro V, 121):
Ofrece pasteis de nata tibios y repostería caliente durante todo el día, así como tentempiés para llevarse y comerse al aire libre en el jardín del Príncipe Real, que está casi allí mismo. Cierra los domingos.
4º. O Cha do Carmo (Largo do Carmo, 21):
Abre todos los días, salvo los domingos, desde las 8.00 a las 20.00 horas. Cierra por la tarde entre mediados de julio y primeros de agosto. Se trata de un sitio romántico para los apasionados del té. También se puede pedir alguna cosilla dulce, como la tarta de manzana y a la canela, de la casa.
5º. Pastelaria Padaria (Rua Dom Pedro V, 57 C):
Esta pastelería y panadería, abierta desde la década de 1930, ha sabido eludir el horno de acero inoxidable y las luces de neón. Frecuentada sobre todo por las señoras del barrio. Hay que probar los deliciosos pasteis de nata.
Foto vía Panoramio