En 1150, tres años después de la reconquista de Lisboa, Alonso Henriques mandó levantar una catedral, eligiendo para ello el emplazamiento de la antigua mezquita. «Sé» son las inciales de Sedes Episcopalis.
La Catedral de Lisboa resultó dañada por tres terremotos a lo largo del siglo XIV, y nuevamente por el de 1755. Ha sido restaurada varias veces a lo largo de su historia, de manera que lo que hoy podemos contemplar es una mezcla de estilos arquitectónicos.
La fachada con dos torres gemelas almenadas y un espléndido rosetón, mantien un sólido aspecto románico. El oscuro interior es de gran simplicidad y austeridad, y casi no se conserva ninguna de las ornamentaciones con que el rey Joao V lo hizo decorar en la primera mitad el siglo XVII.